Gratitud a una misionera teresita de tiempo completo

  “la alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera.  La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la misión llenos de gozo (cf. Lc. 10,17).  La vive Jesús, que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos (cf. Lc. 10,21).  La sienten llenos de admiración los primeros que se convierten al escuchar predicar a los Apóstoles “cada uno en su propia lengua” (cf. Hc. 2,6) en Pentecostés...

Esa alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto.  Pero siempre tiene la dinámica del éxodo y del don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá.  El Señor dice: “Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido” (cf. Mc 1,38).  Cuando está sembrada la semilla en un lugar, ya no se detiene para explicar mejor o para hacer más signos allí, sino que el Espíritu lo mueve a salir hacia otros pueblos.  (cf. E.G # 21)

Esta exhortación apostólica que hace el Papa Francisco; Evangelli Gaudium : creemos estímulo a nuestra querida hna. Ana Lucia Pacheco León, quien dedico prácticamente sus últimos 20 años al acompañamiento de LAMITEA -  Fontibon, su ejemplo, tesón en la misión, testimonio y disciplina en el trabajo evangelizador,  forjo en esta asociación misioneros de tiempo completo, emprendieron juntos la Fundación semillas de esperanza y paz que llevaron formación en la fe, educación y mejores condiciones de vida a los niños de las comunidades de Planadas, Luis Carlos Galán, Entrenubes, y vereda el playón, durante varios años, hasta que las fuerzas físicas le faltaron, este año a sus 91 años acepta con el gozo de la misión cumplida hacer parte de la casa de salud de Villa María en Medellín, luego de dejar una huella imborrable de misionerismo incansable en la querida comunidad de Fontibón. 

No podemos en esta oportunidad más que decirle gracias H Ana Lucia, y que Dios siga colmando su corazón de gozo y paz en esta nueva etapa de vida que comienza.   

Del mismo modo algunas laicas expresan su gratitud por lo recibido, escuchémoslas:

“Guardo en mi corazón inmensa gratitud y doy infinitas gracias a Dios por regalarme la bendición de encontrar en mi camino a la hna. Ana Lucia Pacheco de León y tenerla como guía y modelo espiritual en la formación de laica misionera teresiana. 

"Siempre admiré su maravillosa labor de asesora, su dedicación, compromiso, entrega, fraternidad, acogida, para inculcarme a ser una misionera comprometida en el servicio a la misión.  No tengo suficientes palabras de agradecimiento para expresarle lo que sus enseñanzas significaron para  mí”.  Ana Mercedes Sierra


“Hermana Ana Lucia su labor evangelizadora con todos los laicos de Fontibon ha sido incomparable, gracias por la llama misionera que encendió en cada laico, son 22 años de acompañamiento de corazón, muy cercana y fraterna, a través de estos años su entrega fue total llenos de gratitud le prometemos no olvidar jamás lo aprendido.  Que Dios sea tu recompensa, siempre estará en nuestros corazones”.  María Cenaida Celeita

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