Para encontrar el origen histórico de la Congregación de Hermanas Misioneras de Santa Teresita del Niño Jesús debemos trasladarnos al Seminario de Santa Fe de Antioquia en los primeros meses de 1913. Allí el joven minorista Miguel Angel Builes Gómez. (actualmente Venerable) inflamado en el celo apostólico de la Santa De Lisiuex: Santa Teresita, cuya autobiografía había conocido dos años antes, e impulsado por las palabras de la Santa “Quiero amado mío, plantar tu cruz en tierra infiel y en las más remotas islas”, antes de recibir sub-diaconado prometió a Dios fundar “una comunidad de Vírgenes, para que ellas derramaran aroma de su virginidad y amaran a su Esposo por tantas almas entregadas a la liviandad y a la lascivia”.
Fue preciso que pasaran muchos años y que el joven minorista hecho ya Sacerdote y Obispo contemplara con sus propios ojos la miseria espiritual del mundo sin Dios y sintiera oprimida el alma ante la tristísima situación de esas pobres gentes.
Esta visión y el contacto con la benemérita comunidad de las Misioneras de la Madre Laura a quienes ayudó en los primeros años de su Episcopado y cuyo retiro de la Diócesis dejó un vacío en los campos misioneros de su jurisdicción, fueron causa para que el joven Obispo, comprendiera que había llegado la hora de cumplir su promesa del seminario y se decidiera a fundar una Congregación bajo la protección de la que desde entonces había escogido como la compañera de sus labores apostólicas. “Hagamos una compañía” dijo a Santa Teresita después de la meditación del 20 de diciembre de 1927 y al punto surgieron en su mente las “TERESITAS MISIONERAS”.
Una larga visita pastoral por el bajo Cauca en 1928 hizo que la idea de la fundación taladrara definitivamente su espíritu y que, según anotó en su libro de misas celebrará tres misas en Rio Viejo el 14,15 y 16 de mayo para implorar las luces de lo alto. La idea cristalizó en su mente y ya al fin de su visita se decidió a realizarla, y un 11 de abril de 1929 se gestó la Congregación con siete jóvenes, que llegaron a Santa Rosa de Osos Antioquia y comenzaron su preparación para la vida religiosa misionera en la casa donada por mamá Anita, Madre del Obispo.