- Con el deseo de hacer el mayor bien espiritual a esta rica y bendecida región de Ituango, hemos llegado desde el veintinueve (29) del mes pasado a practicar la santa visita pastoral, con carácter de misión como lo hemos hecho en todas partes del territorio de Ituango.
- Leed libros y periódicos buenos para que os alimentéis de buenas ideas que gobiernen el mundo interior de vuestras almas y la sociedad de que sois miembros. Tal vez las malas lecturas den la clave de cierto aire de desatención, acaso de desprecio y de ojeriza que hemos observado
-De un modo general con el sacerdote. ¿Será respeto? Pero si el respeto no excluye el amor ni hace el vacío, antes bien, rodea y se apuesta fervorosamente para todo lo bueno.
- Una de las señales más seguras de la religiosidad de un pueblo, es su afán por escuchar la divina palabra, la que es, además, prenda de salvación, según aquel pasaje divino del Evangelio, en que Nuestro Señor llama bienaventurados a los que escuchan la palabra de Dios
- ¿Cómo harán para mantener encendida la lámpara de la fe si no le echan el aceite de las verdades reveladas que se enseñan desde la cátedra del Espíritu Santo? ¿Cómo harán para cumplir exactamente con todos sus deberes si no los conocen, ni pueden llegar a ese conocimiento u olvidan lo que antes conocían por no acudir a oír la divina palabra? No lo olvidéis cristianos: la fe entra por el oído y se oye por la predicación según las palabras de San Pablo…
- ¿…es el juego arte u oficio? ¿Es por ventura, profesión para ganar el pan? Dios Nuestro Señor ha dicho al primer hombre y en él a todos los hombres: “Con el sudor de tu frente ganarás el pan”. Por consiguiente, no es con el juego, en el cual si se gana y se roba a otras familias su pan y su tranquilidad y si se pierde se le roba a la propia familia. Y ¿qué suerte corren ordenadamente esas fortunas adquiridas por medio del juego?.
- Nos atrevemos a insinuar al Honorable Concejo Municipal una idea que se nos ha ocurrido para conjurar la lastimosa ignorancia religiosa y ciudadana de la gran masa del pueblo y la consiguiente depravación de costumbres. Esa idea es la de abrir un número conveniente de escuelas rurales municipales... Hay en esta parroquia centenares de veredas y cañadas y donde hay de veinte niños y jovencitos que no reciben absolutamente ninguna instrucción, porque no existen en esos lugares las condiciones que el departamento exige. Pero como el Honorable Concejo es dueño de legislar para su municipio, como a bien tenga, nos parece en vista de las circunstancias especiales de Ituango, que con estas escuelitas harían el mayor bien imaginable y harían de Ituango un pueblo de ciudadanos cultos, ya que no sólo los que viven en el poblado son ciudadanos, sino también los que habitan en los campos.
- La Sociedad de Mejoras Públicas, que tome de su cuenta las grandes obras de progreso intelectual, moral y material, y gozaríamos mucho si en esta ciudad se fundara, para fomentar principalmente la realización de las tres siguientes obras: 1º. El colegio de señoritas regentado por religiosas. 2º. La formación de la juventud femenina, asegura definitivamente la formación de las futuras sociedades, pues el corazón de la mujer madre, es el primer asiento de los hombres del mañana, y donde la mujer fue buena, buenos fueron los ciudadanos. 3º. Por otra parte, un kínder, daría un brillo singular a esta ciudad.
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