Blog de Espiritualidad Teresiano
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“Quiera Dios que mis Javieres vayan avanzando tanto en sus conocimientos que puedan ayudar en todo esto de arqueología indígena, etnología, geología, mineralogía, química etc. etc. para que no se queden en los meros ensayos del Seminario, sino que hagan grandes realizaciones en estos mundos ignorados, para cooperar así a la mayor gloria de Dios y a la salvación de tantos paganos que moran bajo estas frondas milenarias” (Venerable Miguel Ángel Builes, Cuarenta días en el Vaupés, 1950).


Estamos apenas saboreando la reciente exhortación apostólica Querida Amazonia del Papa Francisco. Hacemos una lectura confrontada con el libro Cuarenta días en el Vaupés, esta experiencia manuscita antes de conformar el libro editado en 1959, son parte de la Libreta N°11 de Mi Diario.

El Venerable no fue al Vaupés con la curiosidad del turista ni el interés de los caucheros. El objetivo de su viaje fue visitar a sus Misioneros de Yarumal, llegados allí en 1949. El triple motivo de la gloria de Dios, el bien de las almas y la propia santificación, trilogía de su vida y la de todos los miembros de los Institutos por Él fundados, constituyen el mapa de sus conquistas, el futuro de sus realizaciones y la memoria de cuantos seguimos sus hitos de espiritualidad.

“Quiera Dios que mis Javieres vayan avanzando tanto en sus conocimientos que puedan ayudar en todo esto de arqueología indígena, etnología, geología, mineralogía, química etc. etc.”

¡Qué sueños! cuando en 1950 el estudio de estas ciencias era para pocos, por el costo que implicaban.

¡Qué sueños! cuando la entrada o salida del Amazonas era obra de titanes, porque sólo acuatizaba un avión Catalina y los precios eran de oro.

Qué sueños! cuando aun no existía el Instituto de Antropología, ideado años más tarde por sus Misioneros de Yarumal, al estilo de “aquel tal” que al recibir diez talentos los puso a producir y consiguió otros diez, del otro que habiendo recibido dos los hizo producir otros dos; no los quería como el tercero que por la pereza, por la conformidad, por la resignación, por el miedo lo enterró y lo enterraron con él… (Cf Mt 25, 14,30).

Sí, el Obispo Misionero de Colombia penetró las frondas milenarias del Vaupés con la mentalidad del Vaticano II, con la claridad misionera del Papa Francisco.

El Venerable soñaba con unos Misioneros aguerridos, hombres de oración, de contemplación, de ciencia y de experiencia profesional. La evangelización debe crecer a la par con la promoción humana, comprometer a las gentes en su propio progreso. La evangelización, el anuncio de Jesucristo, eleva la dignidad de las personas. La evangelización no es asistencialismo, eso lo puede hacer una ONG sin distinción de credo religioso.

Siempre me ha llamado la atención la ausencia de asistencialismo del Venerable. Los testigos en el Proceso Diocesano manifestaron que la caridad del Venerable, lo llevó a crear escuelas, colegios, puentes, ciudades, acueductos, carreteras. Es de subrayar cómo él mismo, se integraba con ellos en los llamados “convites” para permitir a determinado grupo solventar las carencias que los gobiernos no podían o –no querían– atender y marcaba las personas y pueblos o veredas, a permanecer al margen de la Evangelización. Cómo promovía las misiones rurales, para que a los que no podían acceder a la ciudad por las escasas vías de comunicación, recibieran el anuncio liberador de Jesucristo que es Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6). El testigo XXXIV declaro en el Proceso Diocesano:

“Él influía en el trabajo material. Las obras de los sacerdotes párrocos del 1924 al 1968, son admirables. Queda uno sorprendido de las obras: carreteras, alcantarillados, plantas eléctricas, escuelas, colegios, casas campesinas, iglesias, casas curales, y puentes y todo no lo hacía el Obispo, pero orientaba a los sacerdotes en las obras de trabajo social. Las casitas para los pobres en Santa Rosa, vivienda popular. La basílica, el seminario conciliar[1].
PRESENCIA DE LAS MISIONERAS TERESITAS EN LA AMAZONIA
PRESENCIA DE LAS MISIONERAS TERESITAS EN LA AMAZONIA

 

paísesː BrasilPerúColombiaBoliviaEcuadorVenezuelaGuyana y Surinam.

Las Misioneras Teresitas hacemos presencia misionera en los siguientes países:

Bolivia. Misión de Palos Blancos en el Vicariato Apostólico de Reyes, En el año 1990, llegó a este lugar el primer equipo de misioneras. Se trabaja con tres grupos humanos primordialmente los Aymarás, Musetenes y Trinitarios.

Perú. En Ilabaya desde el año 2007 hace presencia la Congregación en este lugar de ambiente campesino se trabaja con familias aymaras y colonos llegados a esa región.

Ecuador. Se tienen tres presencias misioneras con tres Vicariatos con varias etnias indígenas y colonos En San José de Morona, desde el año 2000, con el Vicariato de Méndez. En Canelos con el Vicariato del puyo desde el año 1984 Guadalupe con el vicariato Apostólico de Zamora desde el año 1986. En estos Vicariatos se trabaja con los indígenas Achuar, Schuar,  Quchuas y Zaraguros.

Colombia. En el Vaupés hacemos presencia desde el año 1971 hasta la fecha, en lugares diferentes: Miraflores, Carurú, Sónaña, Piracuara y actualmente en Mitú. En Puerto Inírida en la región del Guainía desde el año 1988.

Las principales etnias de estos lugares son : tukano, guanano, barazano makuna, curripaco entre otros.

Se presta un servicio misionero de primer anuncio y acompañamiento pastorales a quienes ya recibieron los sacramentos de iniciación cristiana, Formación de líderes y acompañamiento a las familias de acuerdo a las directrices de cada Vicariato. Correrías misionales a caseríos indígenas, trabajos de promoción de la mujer y formación humana, presencia en las escuelas, catequesis y coordinación de algunos servicios dicesanos. Toda esta presencia, bajo las coordenadas de paciencia misionera, generosidad a toda prueba, con los ritmos propios de estas tierras que tienen sus misterios sus embrujos y su belleza. Haciendo esfuerzos de encarnarnos en estos rostros amazónicos con los que todos soñamos y queremos hacer realidad.

Cómo no asombrarnos al encontrar en Cuarenta días en el Vaupés” los sueños, los deseos y las ambiciones misioneras del Papa Francisco en “Querida Amazonia”:

“Es este un campo de acción misionera verdaderamente atractivo y que promete abundantes cosechas. Y cómo este Vaupés, que tiene 149.850 Km² (en números redondos 150.000 Km²) ofrece tal y tan extensa cosecha a nuestras ambiciones de conquista, qué decir al pensar en el Vichada, el Meta, el Amazonas, el Putumayo, el Caquetá y el Arauca en Colombia; y Venezuela y el Brasil y el Perú y Bolivia y el Ecuador, donde hay tantos hijos de Dios por salvar... Mucho se logrará cuando la acción social se establezca en la selva, la que es más urgente acá que en las ciudades. ¿Cuándo será?

“Estos indios del Vaupés están en camino de redención, y ésta se logrará cuando tengamos la carretera que, saliendo de Villavicencio, pase por San José del Guaviare y por Miraflores, a Santa Rosa del Guaviare, y llegue hasta esta ciudad de Mitú, para seguir luego hasta Montfort, y siguiendo la banda derecha del Papurí, llegue hasta los limites con el Brasil, frente a Yavaraté. Urge igualmente otra carretera que parta de Villavicencio, atraviese el Guaviare en alguna parte oriental y vaya a buscar las cuencas del río Inírida y del Atabapo, en nuestro oriente, lindante por el Orinoco”.

Escribió el Venerable el 27 de octubre

¿Cuándo vendrá sacerdote a librarlos de tanta soledad? ¿Dios mío, por qué no me das doscientos mil Javerianos santos para convertirte tantos infelices paganos? Dámelos, dámelos, y te glorificaré con ellos y con las almas que ellos te salven”.

Y en el número 90 de la exhortación apostólica, el Papa recuerda:

“Esta acuciante necesidad me lleva a exhortar a todos los Obispos, en especial a los de América Latina, no sólo a promover la oración por las vocaciones sacerdotales, sino también a ser más generosos, orientando a los que muestran vocación misionera para que opten por la Amazonia[1]. Al mismo tiempo conviene revisar a fondo la estructura y el contenido tanto de la formación inicial como de la formación permanente de los presbíteros, para que adquieran las actitudes y capacidades que requiere el diálogo con las culturas amazónicas. Esta formación debe ser eminentemente pastoral y favorecer el desarrollo de la misericordia sacerdotal[2].

 

A MANERA DE CONCLUSIÓN

El amor y predilección del Venerable Miguel Angel Builes por la región amazónica es evidente. No se limitó a llegar al Vaupés, ni ha dejarlo como lo encontró, el Venerable proyectó un futuro de promoción y desarrollo.

Hoy, los Misioneros de Yarumal y las Misioneras de Santa Teresita, soñados por el Venerable Fundador, atienden las Comunidades, forman los catequistas y en comunion con ellos, seguimos haciendo realidad los proyectos en la frondosa selva amazónica.

Las Comunidades indígenas son muy florecientes y el diaconado permanente entre hombres maduros cristianamente y con basta experiencia catequística, comienza a dar frutos de rico sabor.

Hna. Nora Gómez, Misionera Teresita


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“Si hasta hoy había querido mis indios, ahora sí que los amo de corazón, porque son una asombrosa materia prima, para hacer innumerables hijos de Dios”!             (Padre fundador, 40 días en el Vaupés, Pag. 75)

[1] Llama la atención que en algunos países de la cuenca amazónica hay más misioneros para Europa o para Estados Unidos que para auxiliar a los propios Vicariatos de la Amazonia.

[2] También en el Sínodo se habló sobre la carencia de seminarios para la formación sacerdotal de personas indígenas.


[1] C.P., test. XXXIV, ad 32, p. 787.

 

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