Blog de Espiritualidad Teresiano
Artículos de interés general de la provincia y en su mayoría sacados de la Publicación "Acontecer Provincial"
Mary Akoth Onyango,

“A solo Dios el honor y la gloria”

Mi nombre es Mary Akoth Onyango, nací en Kisumu – Kenia, que pertenece a África central, tuve la bendición de nacer en una familia católica. Y soy la tercera de diez hijos cinco hombres y cinco mujeres estoy muy agradecida con Dios por darme esta familia  de sangre quien  me ayuda en todos los momentos de mi vida para seguir creciendo en mi aspecto humano, espiritual  Y  psicológico.

Siempre viví con mis padres y mis hermanos en mi pueblo, yo estudie también en mi pueblo, por eso aprendí muchas cosas buenas de ellos, mi abuela siempre rezaba el rosario y yo rezaba con ella, también mis Padres les gustaba rezar el rosario y cantar cantos de alabanza, y me acuerdo que si no estábamos rezando con ganas él nos invitaba a hacerlo con alegría africana, pero no entendía porque teníamos que decir, Ave María y repetirlo tantas veces, a veces me cansaba.

Cuando fui creciendo y entendiendo sobre la oración del ave María, me gustó mucho esta oración. Y puedo decir que La virgen María ha sido una protectora en mi familia, y mi vocación.

Mi vocación nació desde niña  porque me gustaba mucha estar con mi abuela y ella le gustaba mucho ir a la santa Misa e íbamos juntas, y en mi parroquia estaban las hermanas de Madre de Dios, como ellas tienen habito blanco que usan el día domingo, me llamo mucho la atención porque yo pensaba que ellas son ángeles y yo quería ser como ellas. Como nos dice el libro de Jeremías 29,11: “Porque yo sé, los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza”.

Después de terminar mi bachillerato fui a vivir en  la capital Nairobi y allá había una casa de la oración, me gustaba mucho ir para el servicio de la oración todos los días, y conseguí el trabajo pero gracias a Dios porque el jefe que yo encontré también era una persona que iba a la casa de la oración, y eso me ayudó mucho porque él me daba el tiempo para ir a la oración y Santa misa, antes de ir al trabajo, allí formamos un grupo de amigas quienes querían ingresar en la comunidad religiosa,  una de ellas  conocía a las Hermanas Misioneras de Santa teresita del Niño Jesús.

Un día la amiga me invito para ir a acompañarla donde las hermana y yo dije que si, porque en ese día yo no iba a trabajar, fuimos y conocí a la hna. Dora Angélica – Guatemalteca,  que nos explicó la espiritualidad y el carisma de la Congregación me gustó mucho, porque mi sueño era ser misionera, después de encontrarme con la Hermana yo tenía dudas, pero sentía algo diferente en mi corazón, continuaba trabajando y tenía mi dinero; pero sentía que me faltaba algo, todo estos no me llenaba ni tampoco me daba verdadera alegría, después de algún tiempo decidí llamar a la hermana pero ella no estaba en Kenia ya estaba visitando su familia en Guatemala, después de esto como los seminaristas de Yarumal Vivian cerca, conseguí contactar a la hna. Katherine Atta y después comienzo mi seguimiento vocacional con ella, que aunque no vivía en la ciudad, por estar en la misión de Barsaloi,  si iba esporádicamente  a Nairobi para hacer atender asuntos de la misión y aprovechábamos para dialogar, fue un proceso un poco difícil por las distancias pero con la ayuda y la gracia de Dios pude seguir adelante respondiendo el llamado.

La verdad no fue un proceso fácil, el primer tropiezo fueron los amigos que me cuestionaban; ¿Por qué buscar una Congregación tan lejana, si aquí en África ya hay muchas?, ¿si ya estás trabajando, no crees que es mejor quedarse para ayudar a tus padres y darles nietos?, sin embargo el llamado de Dios fue más fuerte que todo eso.

En un comienzo mis padres tampoco querían que fuese religiosa, en una ocasión mi padre me cuestionó sobre ese deseo, yo le explique qué era lo que anhelaba en mi corazón; entonces él lo acepto, porque deseaba que fuese feliz, sin embargo me advirtió que en toda vocación abran dificultades; a mi madre le costó mucho aceptarlo, pero poco a poco con la oración y la Gracia de Dios, me fue dejando en libertad de hacer lo que estaba deseando.

También estoy muy agradecida por las hermanas de la comunidad quienes me aceptaron como soy con mis debilidades y habilidades, me enseñaron muchas cosas que no sabía, para que pueda tener más intimidad con Cristo. Como nos dice san Pablo puedo decir Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. (1cor15, 10)

Estoy muy contenta de ser misionera de Santa Teresita del Niño Jesús.


Foto de Hermanas Misioneras Teresitas 

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