Blog de Espiritualidad Teresiano
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Basílica menor de Nuestra Señora de las Misericordias

No contento con lo anterior, mencionó a la María Santísima como la tesorera ya que debía recolectar el dinero presupuestado para esta construcción, acudiendo a los corazones de las parroquias y personas pertenecientes a la Diócesis; por lo cual, se tomó el trabajo de realizar el costeo necesario para enviar las circulares pertinentes y que las mismas se leyeran en las Eucaristías de los domingos...

En esta misma circular, realiza una organización por mes de las parroquias para tener esta semana, adicionalmente pide colaboración con oraciòn y ayudas en especie o económicas. Puedo ver con claridad, que esta gran obra solo podría ser inspiración Divina y acompañado de la Virgen Santísima porque para poder realizar tantas cosas como las que él hizo era necesario tener el auxilio celestial que lo impulsaban a seguir adelante y no desanimarse a pesar de todo lo que sucediera. También, debía tener el ánimo suficiente para orientar a los sacerdotes y a los fieles a seguir trabajando en pro de la Reina del Cielo, manteniendo un trabajo en equipo, con esfuerzo, dedicación, alegría y sobre todo mucho amor; por esto, es preciso resaltar que la Basílica no es de los pobres, de los ricos, de los colegios, de los religiosos o del Clero, la Basílica es Patrimonio de Antioquia y de Colombia, porque todos aportaron desde el campesino, sacerdote, conductor, la religiosa, el viajero, el transeúnte, el turista y hasta el empresario, político y hombre de ciudad; porque gracias a la gestión que se realizaba por los diferentes medios, más de una persona inclusive que no era de la Diócesis o de Antioquia aportó para que este sueño se hiciera realidad:

Igualmente pedimos a los párrocos de las poblaciones comunicadas con Santa Rosa por medio de carretera, que inculquen en los viajeros y en los conductores de vehículos la piadosa práctica de detenerse en esta ciudad delante del templete de la Virgen para saludarla con el Avemaría o la salve y dejar en la alcancía una limosna para la Basílica.

Pese a todas las gestiones realizadas, la oración y a todo el empeño que se estaba colocando para realizar esta obra, la mismo tuvo varias interrupciones, “Por segunda vez fue preciso suspender trabajos porque los fondos se habían terminado”7. Pero, toda obra que viene de Dios, aunque tenga inconvenientes se realiza contando con la ayuda del creador; por esto, ninguna de las interrupciones o el incremento del dinero requerido afecto el deseo de Monseñor de cumplir el Voto que años antes había realizado a la Madre Misericordiosa.

La fe del Señor Obispo y su tenaz empeño no quedaron defraudados. En 1957, después de aprovechar la larga interrupción para perfeccionar definitivamente los planos, se reemprendieron con nuevo empuje los trabajos y el año de 1958 se destacó por el avance más notable en la obra.

Como en la vida espiritual encontramos procesos y etapas que se van viviendo en la medida que se va perfeccionando el amor de Dios en cada persona, así sucedía con la Basílica: iban transcurriendo los años y poco a poco la construcción iba tomando su rumbo, pese a las interrupciones, el esfuerzo de Monseñor y de la ciudadanía, iba reflejándose en la medida que se iban formando una a una todas sus partes, era como si la misma Virgen, estuviera ayudando a dar forma cuidadosamente a la casa de Dios que quería para acoger a cada uno de sus hijos.

Después de largos años de trabajo, dedicación, amor, entrega, sacrificio, fe y perseverancia, llegó por fin el 08de septiembre de 1962, aquel glorioso día en que el Venerable Miguel Ángel Builes iba a ver cumplida su aspiración. La obra negra de la Basílica se había terminado, cuanta alegría y gozo debieron experimentar los corazones de todos los que hicieron parte de aquel sueño, con cuanto amor bajaría su mirada la Reina de las Misericordias para ver el alma de cada uno de sus hijitos que con esmero había perseverado hasta ese momento; con el corazón amante y tierno como el de Monseñor puedo deducir que más de una lagrima debió rodar por sus mejillas, las cuales iban impregnadas de amor por su Reina Misericordiosa y por todo su pueblo que con tanto esmero le había ayudado. Escribe la Hna. María Dolly:

Doce años de lucha para la construcción de la Basílica, ocho de ellos de difícil trabajo, tienen ya el premio en esa obra maravillosa de la Basílica que, a más de constituir el decoro de nuestra ciudad y el orgullo de nuestra Diócesis, simboliza la oración perpetua de nuestras almas y el homenaje que vuestra generosidad rinde a la grandeza de María.9

No obstante, la obra debía continuar; contemplando que se debía dinero a los ingenieros, trabajadores y demás deudas que se habían adquirido a lo largo de estos años de trabajo, en los pocos años que le quedaron al frente de la Diócesis siguió atendiendo Monseñor Builes a todos estos gastos, hasta 1967, cuando definitivamente se retiró del gobierno de la diócesis y de santa Rosa. Monseñor Félix María Torres fue nombrado Administrador Apostólico y en 19168, con su orientación, quedó totalmente concluida la Basílica.

Posteriormente se logró la consagración del templo en manos de Monseñor Joaquín García Ordóñez, quien el 05 de septiembre de 1971 realizó la consagración de la Casa de Dios y Puerta del Cielo. Definitivamente, el Señor prepara y dispone lo caminos de sus hijos porque en esta misma fecha en la ciudad de Medellín, Monseñor Builes en su lecho de enfermo consumaba el sacrificio de su vida; veinticuatro días después la Madre bendita de las Misericordias, presentaba ante el trono del Señor a su hijo predilecto.

Qué maravilloso recorrido tuvo esta emblemática construcción santarrosana, que en la medida en la que avanzaba la construcción, se estaba convirtiendo en casa de Dios para toda la gente y en puerta del Cielo para Monseñor Builes que partía al encuentro con el Padre después de que su Voto a la Reina de las Misericordias se estaba cumpliendo no en sus manos si no en las de la Diócesis, pero en definitiva el Voto nunca fue personal sino que fue en nombre de todos sus hijos por ende el Señor dispuso que sus hijos se apropiaran de este recinto sagrado y lo presentaran al mundo entero.

 

Conclusión

Puedo concluir, que la Basílica, fue una obra de todos, especialmente de los Diocesanos que no sólo brindaron su aporte con dinero sino también con oraciones, sacrificios y trabajo; así lo quería Dios y la Reina de las Misericordias, que se valieron de la tenacidad, empuje y proyección del venerable Miguel Ángel para que orientara, organizara y dispusiera el corazón del pueblo, para aceptar primero a la Madre Misericordiosa en su vida y luego construirle la Casa de Dios y Puerta del Cielo, que sería más del pueblo que de ella misma, ya que es allí donde la comunidad se reúne para su encuentro con el Señor.

 

Novicia: Rubi Lorena Barbosa Cagua,
Novicia de año canónico
Profesional en comercio internacional

Docente: Hna. Nora Gómez

Foto de: De XalD - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0,
Foto de: De ~~×α£đ~~es - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0,
Foto de: De ~~×α£đ~~es - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0,

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