Adelantándose al Concilio Vaticano II, insiste en que todos tenemos que ser catequistas, educadores de la fe. En 1926 decía a la comunidad de Toledo: “Hay mucha ignorancia religiosa, ¿cómo podrán amar a Dios si no lo conocen, si no estudian el catecismo? Riegue el Señor Cura los campos de catecismos, que es regar luceros en el cielo oscuro.
Los agentes
Adelantándose al Concilio Vaticano II, insiste en que todos tenemos que ser catequistas, educadores de la fe. En 1926 decía a la comunidad de Toledo: “Hay mucha ignorancia religiosa, ¿cómo podrán amar a Dios si no lo conocen, si no estudian el catecismo? Riegue el Señor Cura los campos de catecismos, que es regar luceros en el cielo oscuro. Funde centros de catequesis en las casas, tanto del campo como del pueblo, para que primero los padres de familia, lleven a la práctica la obra de misericordia, que tanto agrada a Dios: enseñar al que no sabe”.
A través de todas las actas aparecen como en escala los responsables directos de la educación de la fe en la catequesis:
- La familia: papá, mamá, hermanos(as) mayores, tíos(as), abuelos(as)
- Insistencia de que en cada hogar debe haber un ejemplar del Catecismo católico, como el libro más importante de la pequeña biblioteca familiar.
- Catequistas formados en la escuela parroquial de cada parroquia, especialmente para el catecismo dominical.
- La Acción Católica con todos sus líderes
- Escuelas radiofónicas (especialmente en los campos) de ACPO: Acción cultural popular (gran herramienta de la Iglesia por más de 20 años en Colombia: enseñanza por radio).
- Los educadores en cada establecimiento de educación
- Las misiones parroquiales
- El más importante: el párroco y los sacerdotes en la homilía dominical y en los retiros espirituales y sobre todo, lo afirma en muchas actas, en la confesión y aún en las conversaciones privadas y amistosas.
Los destinatarios
Quedaba muy claro que los destinatarios de la catequesis, también tienen que ser todos los integrantes de cada hogar. Toda la comunidad. Así se expresaba en la parroquia de Cedeño en 1956: “La obra más consoladora en esta parroquia: el catecismo. Todo el mundo tiene el noble empeño de estudiar y enseñar la doctrina cristiana, pero la mayor preocupación ha de ser la de vivir todos, esa admirable doctrina”.
Así expresaba su alegría en 1964 en la parroquia de Angostura: “Encontramos 42 centros de catecismos rurales, además de los establecidos en el pueblo, obra importantísima y 226 hogares con Radio Sutatenza, que son como otros tantos centros de catequesis integral.”
El método
No se puede decir que el método catequístico de Monseñor Builes, fuera netamente memorístico. Aunque aprender de memoria es el modo más genuinamente humano de aprender. Los antiguos decían: “lo que no se sabe de memoria, no se sabe”. Aunque no es lo único, porque también hay que aprender con la vida y con el corazón. Más bien lo que aparece es el método de la catequesis situacional o método Emaús, que además es la metodología que emana del Vaticano II.
Dicho método se concreta en cuatro pasos (los de Emaús):
- Se parte de una vivencia: el desánimo de los discípulos de Emaús. Lo hemos estado constatando: el Venerable siempre partía de la experiencia vivida en la Visita Pastoral con todos los informes que recibía.
- Se ilumina la situación con la Palabra de Dios: Jesús les hizo un recorrido por el Antiguo Testamento, mostrándoles cómo tenía que padecer y morir. Monseñor citaba con frecuencia la Palabra de Dios: “Los niños pidieron pan y no hubo quien les repartiera” (Lam.4,4); además insistía en que se completara toda lección del catecismo con la Historia Sagrada.
- Se celebra la fiesta de la fe: partió el Pan de la Eucaristía. Yo mismo fui testigo cuando era niño y después cuando fui seminarista catequista, de que uno de los momentos más lindos y vivenciales de las catequesis, era el compartir una oración, un juego, un canto, una golosina, un vivir en comunidad, lo que él mismo indicaba cuando daba orientaciones directas catequísticas.
- Se da testimonio: salieron corriendo a dar testimonio del resucitado. En 1927 argumentaba a la parroquia de Sabanalarga: “Muchos padres de familia descuidan el buen ejemplo que tienen que observar para con sus hijos, lo que se evitaría con ese buen ejemplo que impone la doctrina cristiana a los mismos padres de familia que deben enseñarla”.
A la parroquia de Valdivia le decía en 1931:
“Efecto de la ignorancia religiosa son las supersticiones, pues mientras menos fe en las verdades reveladas, más credulidad en la superstición”.
En 1938 le aplaudía a la parroquia de Cáceres:
“Maestros y catequistas que enseñan más con el ejemplo que con las palabras”.
En 1940 le informaba a la parroquia de Labores:
“Pueblo ilustrado en las cosas de Dios, es pueblo que vive cristianamente siempre que lleve a la práctica esas sublimes doctrinas”.
CONCLUSIONES:
- Las actas de las visitas pastorales del Venerable Monseñor Miguel Ángel Builes son un verdadero compendio de catequética y de catequesis vivenciales.
- Todas las escribía personalmente, de su puño y letra, redactadas con la responsabilidad y claridad de un catequista que quiere educar en la fe a sus ovejas.
- Están todas basadas en la dinámica del ver, juzgar y actuar en un claro discernimiento para encontrar la Voluntad de Dios sobre los individuos y las comunidades.
- Tienen plena vigencia en el mundo actual. Los contenidos siempre serán los principios, valores y verdades eternas que se van enriqueciendo a través del correr de los siglos y el paso de las generaciones, pero no pasan de moda.
- Como el compromiso era que el párroco debía leer a todo el pueblo, el acta de visita al domingo siguiente, era una magnífica resonancia de la experiencia de Dios, vivida durante la visita, era una genuina catequesis.
- Una constante, prácticamente en todas las actas, era la constatación de la ignorancia religiosa, verdadera plaga que había que erradicar.
Con el más sano realismo tenemos que afirmar, que ese flagelo ha crecido mucho más en estos tiempos en que vivimos. La voz del Venerable Monseñor Builes sigue convocándonos para que enfrentemos ese vacío, que es la causa fundamental de la ausencia de Dios en este tiempo.
Qué bendición y riqueza otorgada por la Divina Providencia, par la parcela de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, que fue privilegiada con tan insigne pedagogo del plan de Dios y del camino hacia el cielo.
Pbro. Alberto Pérez Medina
Diócesis de Santa Rosa de Osos.
Fin…
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