En el libro, enseñanzas del Papa Francisco sobre la ternura, afirma: "La ternura, el estilo de Dios". “Dios tiene tres actitudes: cercanía, misericordia y ternura. Y con esas tres, basta, ahí está toda la teología. Dios cercano, que está en la mano mía. Un Dios misericordioso que me perdona tantas veces. Un Dios tierno”. Lo ha repetido el Papa Francisco, con sus palabras y sus gestos, durante estos 10 años de Pontificado. La ternura, rasgo característico del modo en que Dios nos ama, presente en nuestra relación con Dios y con los demás, porque” todo ser humano es objeto de la ternura infinita del Señor” (EG 274).
Así el Venerable Miguel Ángel Builes Gómez, se caracterizó no sólo por su temple y fortaleza, sino también por la inmensa ternura que constantemente le conmovía sus entrañas. Y es éste el sentido de la vida y concretamente del tiempo de Navidad. Dejémonos embriagar como dice MAB, por la ternura, tomado de algunos apartes del Diario:
Diciembre 25 de 1945. En la media noche
el coro canta sus tiernos cantos al Niñito recién nacido. A las 2 de la mañana cuando tomé en mis manos el Niño Adorado para besarlo y darlo a besar a mis hijas, me ocurrió lo que hacía tiempo no me pasaba: cuando junté mis labios con los de mi niño se me estremeció con fuerza inusitada mi férreo corazón... y lloré como un niño mientras mis hijas besaban con ternura al recién nacido Dios colocadito sobre mis rodillas. Estaba lleno de Dios. Les hablé del amor de Dios.
Descubramos de éste tierno relato, lo que puede ser la ternura. Veo que la ternura en Mons. Builes, se hace un canto, armonía, gestos, afecto y sentimientos, música, alegría dentro del corazón. Es la vida que canta en la misión, en el cansancio, en la fatiga, en la escasez, en la incomprensión, en la esperanza cuando se siembra y se permanece vigilante frente a la cosecha del esfuerzo y la entrega incondicional.
Ternura es tomar en las propias manos al que es verdaderamente “Tierno”. Porque es un estilo de vida, una actitud frente al ser humano y divino, indefenso, como lo son tantos hermanos nuestros, en las calles, en los andenes, en las mismas casas y comunidades. Ternura que nos permite tomar en nuestras manos, abrazar, besar, juntar y acercar al otro, a pesar de la frialdad e indiferencia de una humanidad que sólo valora el poder, el tener o el placer de acariciar mascotas.
Ternura misionera, que sabe adorar, inclinarse, estremecerse ante las cosas bellas de la vida, del silencio, de la palabra del otro, de la cercanía, porque nunca habrá una misión eficaz sino hay cercanía, capacidad de inclinarse, arrodillarse o mejor colar en las propias rodillas el dolor, la sonrisa o tristeza del que no puede ni expresarse.
Ternura, capaz de llorar con el que llora, llorar como un niño, es que ahí está el recién nacido que nos ha traído la salvación. ¡Qué grande es emocionarse y no disimular! Emocionarse porque está lleno de Dios. Estamos llamados a ser testimonio emocionante de amor y ternura, para que otros crean, se acerquen y restauren la dureza de la vida que les ha tocado porque fue lo que encontraron.
¿Por qué no besar, cargar y abrazar al que es mi hermano, hermana, niño, joven, anciano, enfermo o sano, acercando al que está lejos y llenar de Dios los recintos de nuestros encuentros?
Y ¿qué más es la ternura para nuestro querido Fundador?:
Enero 2 de 1966. Día del dulcísimo nombre de Jesús, que quiere decir “Salvador”. Le rogué dos cosas principales: mi santificación mediante su sangre redentora. Como he agradecido al eterno Padre mi creación, mi conservación y los incomparables bienes que me ha concedido, así agradezco a mi Jesús querido mi redención y la bondad infinita con que me ha llevado de la mano en la realización de mis obras, cumpliendo con ternura sin límites lo que nos dijo y está en el Evangelio: “Yo soy el camino”, por el cual he bregado sin cesar por caminar siempre.
Cumplir con ternura y sin límites lo que Jesús quiere de nosotros. Qué capacidad tan profunda nos enseña el venerable Miguel Ángel Builes, cuando se refiere a la realización de sus obras o mejor las obras de Dios, haciéndolo con ternura sin límites:
- Ternura de pastor ante las tareas, compromisos y trabajo incansable en la basta diócesis de Santa Rosa de Osos.
- Ternura en los recorridos misioneros y pastorales, en los largos y agotadores viajes
- Ternura en la creación de parroquias, visitas pastorales periódicas,
- Ternura para impulsar la construcción de casas campesinas, internados, centros de educación
- Ternura para proponer desarrollo en las regiones, puentes, carreteras, acueductos, energía.
- Ternura sin límites para fundar el Seminario de Misiones Extranjeras que traspasa fronteras
- Ternura sin límites para fundar a las Misioneras de Santa Teresita, imaginado que llegarían a todos los territorios de misión.
- Ternura sin límites en su espíritu, para que las Teresitas Contemplativas llegaran hasta el infinito con la oración y la contemplación.
- Ternura sin límites ya en años avanzados, sin cansancio, para fundar las Hijas de la Misericordia, para que con la catequesis impregnaran la tierra “ejerciendo la mayor misericordia que se puede ver en el mundo”. Para Mons. Builes, todo era sin límites y a plenitud.
Enero 5 de 1966. pasé luego a la estatua de Santa Teresita mi dulce compañera de labores y con ternura le rendía mi espada pidiéndole también su ayuda…” Fueron motor de ternura en su vida la Madre adorada de su corazón como la Inmaculada o la tierna Madre de las Misericordias, al igual la santita de la ternura, Teresita del Niño Jesús. Fue la pedagogía de la ternura misionera que le hizo exclamar varias veces en los 40 días en el Vaupés:
Octubre de 1950 – De todo lo dicho se podrá sacar la conclusión sobre la infelicidad de los hijos, arrebatados a los cuidados y ternuras de la madre, que tienen que vivir con sus tíos y parientes o con el tuchaua. Los pobrecitos sufren mucho, porque, aunque les den comida, les faltan los cariños de la madre que ellos saben muy bien que no ha muerto, y sin embargo sin culpa de ellos se la arrebatan cambiándosela por un tío enfurruñado o un "alcalde sin corazón".
Supo compadecerse por la propia experiencia y el valor que daba al calor de un hogar, donde la ternura ha de ser la esencia de todo ser humano, reflejado en su dignidad y desarrollo integral. Podríamos preguntarnos sus hijos e hijas ¿nos acompaña el singo y la pedagogía de la ternura en nuestra acción evangelizadora? Recordemos que “LA TERNURA ES EL MODO DE SER DE DIOS”. (papa francisco)
Hna. Socorro Arboleda R
Hija de la Misericordia
La ternura, el estilo de Dios
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