El joven obispo recorre con “toda el alma, con todo el corazón, con toda la mente y con todas sus fuerzas”, extensos kilómetros. Va el pastor, porque: “IR” es lo propio del discípulo misionero de Jesús.
Va por senderos sin hacer, trochas sin recorrer, caminos sin hacer, montañas sin subir, cañadas por conocer, pueblos por descubrir, veredas por llegar, parroquias por crear, hombres y mujeres por encontrar.
Diócesis de Santa Rosa de Osos:
YARUMAL, ANGOSTURA, SAN PABLO, YALÍ, EL TIGRE, SANTA ISABEL, REMEDIOS, SEGOVIA, ZARAGOZA, ANORÍ, CHAMUSCADOS, CAMPAMENTO, ENTRERRÍOS, ARAGÓN, SAN PEDRO, BELMIRA, CAROLINA, GUADALUPE, GÓMEZ PLATA.
Siempre en salida…
“En medio del entusiasmo y alegría más espontánea y franca de un pueblo creyente y amante de los representantes de Cristo, hemos abierto nuestra primera visita pastoral en esta amada ciudad. A esa amable acogida, que agradecemos con el alma en nuestras manos, hemos querido corresponder haciendo todo cuanto estaba a nuestro alcance para el bien espiritual de esta porción dilecta de nuestro rebaño. Ante todo, manifestamos nuestra alegría y nuestra satisfacción por la prontitud y exquisita buena voluntad con que atendieron a nuestro fraternal llamamiento a escuchar la divina palabra, confesarse y comulgar durante esta visita, más misión que visita.
Nuestro pecho rebosa de satisfacción al considerar que casi en su totalidad este caro pueblo correspondió a los anhelos de nuestra alma de Pastor.
Nos conviene confrontar nuestro ser misionero y evangelizador, frente al estilo de nuestro querido Obispo Mons. Miguel Ángel Builes:
¿Con qué entusiasmo salimos a la misión? ¿Será que la alegría, la acogida, la prontitud, la escucha y sentido espiritual, son todavía los valores y actitudes al llamado y envío evangelizador?
Pero también nos ponemos en camino y contemplamos cómo reciben estos pueblos o parroquias, la Palabra, el llamado a crecer en la fe, a construir comunidades cristianas sólidas, en la comunión y participación sinodal.
Vivir en salida misionera dice el Papa Francisco, exige:
- Renovar el compromiso misionero
- Conversión misionera constante
- La comunión con Dios, es fuente de vida
- Dimensión teologal de la misión
- Buscar la auténtica fraternidad universal
Con alma de pastor …
Caminemos con el pastor Miguel Ángel Builes y aprendamos de él que como María fue con prontitud a las montañas de Angostura, Remedios, Segovia, Zaragoza, Yali y muchos más que fueron visitados en este primer año de pastoreo misionero.
Con alma de pastor, dando la vida, como lo describe profundamente en su primera pastoral “EL EPISCOPADO”. ¿Y que es tener alma de pastor hoy para todos nosotros llamados a vivir en salida?
Escudriñar su visión y misión y durante este tiempo de celebración centenaria, ir a esas ricas fuentes como lo son las visitas pastorales del año 1925 y la Pastoral de octubre 22 de 1924, donde refleja claramente.
Qué bueno sería reemprender esta tarea de “aprender, vivir y enseñar”, lo que Miguel Ángel Builes aprendió, vivió y enseñó durante su largo pastoreo.
Tener alma de pastor no significará también hoy lanzar las redes sin cansancio, aunque hayamos bregado toda la noche, toda la vida, todas las alegrías y todas las esperanzas por alcanzar la meta de “CRISTIFICARSE PARA CRISTIFICAR CUANTO NOS RODEA”.
Tener alma de pastor será siempre tener la identidad de Cristo que vivió para buscar por mar y tierra, calles, campos, sinagogas, a quien sanar, perdonar, dignificar, resucitar, dar luz, pan, verdad, justicia, perdón, misericordia y salvación.
“CRISTIFICARSE PARA CRISTIFICAR CUANTO NOS RODEA”
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