En nuestra experiencia como Prenovicias de segundo año hemos fortalecido la opción vocacional en este estilo de vida. La apertura a la acción del Espíritu San- to nos ha reforzado en la madurez a nivel espiritual, personal y grupal como tam- bién en la responsabilidad y la prontitud en el servicio...

En el diario caminar nos gozamos en descubrir la presencia de Dios que constan- temente nos llama, a la cual queremos responder con generosidad, confiadas en su bondad y misericordia, viviendo continuamente conscientes de ese encuentro con el Señor en los momentos oracionales, comunitarios, como también en las la- bores cotidianas; percibimos la unidad como grupo y la gracia del Señor que actúa aun en medio de nuestra humanidad y nos conduce a una mayor identificación con Él.

Así mismo, experimentamos una mayor identificación con el carisma y la espiritua- lidad de la congregación, respondiendo a su vez a cada una de sus exigencias en nuestra etapa formativa, aprovechando las herramientas brindadas para cimentar bases sólidas, en un crecimiento en convicciones.

Valoramos, reconocemos y agradecemos todos los esfuerzos que nuestra Provin- cia Santa Teresita ha hecho para ofrecernos los recursos, el ambiente y las perso- nas adecuadas, apostándole a esta etapa formativa y de constante discernimiento en el seguimiento de Cristo.

Y el padre fundador nos recuerda: ”hijitas mías, yo las necesito santas y sacrifica- das hasta el heroísmo; sin miedo al frío y al calor, sin esperar comodidades, antes bien penalidades sin cuento, sin más aliciente que el dolor sufrido con Jesús y por Jesús, sin más anhelo que vivir abrazada a la cruz, aunque en la seguridad de morir con Cristo en un abrazo y de confundir su último suspiro con el suspiro ena- morado de Jesús”.