¡La crisis del COVID-19, ha pillado por sorpresa a miles de Docentes programados, asegurados en el sistema, en el método, en la rutina de los días, la planeación llevada a cabo…todo se cae, se resquebraja…! Hacia ¿dónde mirar?, silencios mudos convertidos en palabras de riesgo, de alarma, de apuros, de trance… al fin, ¿por dónde empezar? Como niños tomados de la mano se realiza el milagro del sorpresivo trabajo en grupo, solos no, imposible… el temor, el miedo, el sin saber qué ha sucedido en minutos, atrapa para llevar a cabo lo que es y debe ser en educación. Trabajo mancomunado, solidarizado, asociado para triunfar…
Bendecida sorpresa, nos cambió la vida, sin ninguna distinción, nos ha puesto a prueba, y nos retó a implantar la “disciplina del saber” las relaciones intrafamiliares, laborales, sociales y el proceso enseñanza –aprendizaje en un cambio súbito y creativo...
Parados… nos detuvimos a pensar … nos atrevimos a dar el paso…: cómo mantener vivo el aprendizaje, ¿qué estrategias didácticas, metodológicas y pedagógicas implementar que mantengan encendido el amor y la ganas de aprender en los niños y jóvenes? Verdadero desafío… hay que llegar hasta los estudiantes , hay que llegar a su hogar que ha sido el lugar, a veces desconocido para mu- chos… importa que el estudiante “aprenda”, una nota… y ¿su hogar?... se convertirá de hoy en adelante en un pequeño salón de clases, en donde tal vez acurrucado con su cabeza entre las manos, se pregunte, qué ha sucedido y las lágrimas bañan su rostro, la pregunta, el miedo, la incertidumbre que rodea a toda su familia es el campo para debatir junto con su maestro que se halla en situación de apuro.
Necesitará de la presencia…ausente… de su maestro, que se mantenga conectado para consolar, ani- mar, motivar, y animar a seguir la cuesta aún cuando el camino haya cambiado, los tiempos se tornen grises… pero vamos… saldremos adelante, tomados de la mano de Dios, de sus familias y su escuela que los ama a través de sus directivas, maestros… a través de sus Padres que serán de hoy en ade- lante… por un tiempo… sus acompañantes fijos en esta tarea de “aprendizaje”.
Retados, Maestros y estudiantes, padres de familia, sociedad, autoridades…todos… en el proceso enseñanza-aprendizaje; nos sentamos a pensar cómo impartir una educación amplia, integral y consolidada en el uso de las tecnologías de la comunicación y la información cercana, que nos permita llegar hoy con las herramientas esenciales y sencillas en un aprendizaje autónomo a cada una de las que viven más de cerca cada letra, cada número, cada gráfico, cada ejercicio que su hijo e hija integran su mundo educativo nunca experimentado en este siglo. La familia es el soporte evidente en el hoy, en la nueva forma de aprender y de enseñar.
Como verdaderos maestros trabajamos incansablemente para intentar ganar la batalla ante esta cala- midad y generar espacios de encuentro que sean accesibles al estudiantado, que vive un sinnúmero de realidades al interior de su hogar. Esta nueva realidad contemplada en el hoy, poco pensada en el ayer inmediato, nos lleva a implementar dinámicas de auto-formación y capacitación de tal forma que tras- ciendan desde los espacios escolares hasta los espacios familiares, con una virtualidad como reto en aprender, de re-aprender, generar y regular contenidos para un público que está del otro lado de la pantalla, conectados y muchos sin conexión, sin medios, solo el libro, el cuaderno y el interrogante:
¿qué voy a hacer? ¿He aquí la nueva provocación del maestro que no puede pensar sólo en sí mis- mo… tiene los medios? Y ¿sus estudiantes? Doble trabajo… ¿cómo llegar al excluido, al pobre, al ca- rente de recursos? Es aquí cuando surgen muchos interrogantes: superar el miedo para actuar con efi- cacia y resolver los problemas, responder a las preguntas y a las incertidumbres consigo mismos, con la realidad de las familias, con el estado de sus estudiantes, y a la vez ser propositivos para dar solu- ciones cargadas de esperanza consigo mismos y curiosear el ser y el hacer de maestro en tiempo de Pandemia sorpresiva.
La apertura al cambio nos reta no solo el tomarla como opción sino como oportunidad, es un desafío pedagógico que nos lleva a crear y recrear relaciones de confianza con todos, donde se reconoce al otro, se motiva a que se interese de su propia superación y se hace un acompañamiento pedagógico, emocional, tecnológico, teniendo presente que esta realidad que vivimos y la vida cotidiana de los estu- diantes es tema de reflexión, que permite una mejor comprensión en esta nueva manera de aprender.
En medio de esta crisis los valores cobran un sentido profundo, firme y constante en la búsqueda del bien común; es necesario promover la solidaridad y la responsabilidad. Solo la solidaridad “en acción” puede lograr que, como decía el poeta Píndaro, “lleguemos a ser lo que somos”; solo la solidaridad puede hacer, el que lleguemos a ser verdaderamente responsables de todos, y como desafío la res- ponsabilidad y la solidaridad –desarrollarlos y sostenerlos siempre.
Es así como descubrimos que el verdadero desafío de la educación hoy, consiste en mirarnos a los ojos y comprender que nos necesitamos para superar las dificultades. en verdadero ambiente de con- fianza, de fortalecimiento de la inteligencia espiritual, la inteligencia emocional, la inteligencia intelec- tual, y fuertemente la inteligencia social, que nos lleve a preparar una post-pandemia: maestros, padres de familia, estudiantes, con mentalidad nueva para enfrentar un cambio radical generador de progreso, equidad, justicia, creatividad y verdadero aprendizaje para el futuro, incierto, es verdad, pero que está en nuestras manos iluminado por la Palabra de Dios, mediante encuentros de comunidades, de ora- ción, momentos celebrativos y de evaluación hacia el mañana, que generen actitudes de Fe, Esperan- za y mucho AMOR a nuestro Padre Providente.
Hna. Marta Lucía Jiménez Salgado
Misionera Teresita
EQUIPO DE PASTORAL EDUCATIVA
Foto de: Naciones Unidas
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