Blog de Espiritualidad Teresiano
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Ofrenda a la Trinidad y Laudato Sí.  Photo by Nicolas Ruiz on Unsplash

Esculcando en los últimos documentos de la Iglesia nos damos cuenta que el sentir ecológico no es un llamado meramente personal o situacional, sino que ha sido una constante reflexión y compromiso. La Laudato si nos presenta en sus numerales 238-240 un título sugestivo que nos transporta a la espiritualidad trinitaria del fundador MAB: La trinidad y la relación entre las criaturas.

Permitámonos reflexionar un poco sobre lo que dice el papa Francisco citando a san Buenaventura, por cierto, Franciscano, en cuanto a la capacidad original del ser humano de descubrir cómo cada creatura testifica que Dios es trino. Toda criatura lleva en sí una estructura propiamente trinitaria tan real que podría ser espontáneamente contemplada (Laudato si 239).

Al pasar por estas líneas atinamos con el ofrecimiento que hace nuestro fundador a la Santísima Trinidad: “os ofrezco…todos los suspiros de la creación y todas las partículas de materia convertidos en otros tantos actos de amor a vos”.

La íntima relación trinitaria se manifiesta claramente en la armonía e interconexión entre los seres de la naturaleza. Muchos santos y no santos han podido contemplar la veracidad de esta afirmación. Santo Tomás, San francisco de Asís, la Madre Laura, Miguel Ángel Builes, ustedes, nosotros somos simplemente contemplativos trinitarios en la creación.

En Julio 18 de 1949 mientras hacía sus ejercicios ignacianos, MAB, en su tercera meditación sobre el fin de las criaturas reconocía que por la contemplación las perfecciones invisibles de Dios se han hecho visibles después de la creación del mundo, por el conocimiento que de ellas nos dan las criaturas.

Igualmente, ve en la naturaleza la posibilidad de alcanzar su propio fin: la salvación. Esta intuición surgida de personas contemplativas que descubren al creador en lo creado, es de donde se desprende el respeto, la admiración y el cuidado por la creación. Además, la persona humana más crece, más madura, más se santifica a medida que entra en relación, cuando sale de sí misma para vivir en comunión con Dios, con los demás y con todas las criaturas (Laudato si 240).

La relación existente entonces entre lo que Dios es y lo que ha creado es singularmente inter-conexo y sólo puede ser percibido cuando nuestros sentidos se hacen todos “ojos” (contemplativos). Cada vez que nos asombramos por la belleza de la creación, nos compadecemos por sus sufrimientos, luchamos por cuidarla y potenciarla, estamos siendo verdaderos cristianos que reconocemos la acción del Padre que crea a través del Espíritu y recrea en la persona del Hijo

Concluyamos en palabras de nuestro fundador:

“conclusión. Jamás abusar de las criaturas so pena de degradarnos haciéndonos culpables contra nosotros mismos.”


Foto de: Nicolas Ruiz on Unsplash

 

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