Blog de Espiritualidad Teresiano
Artículos de interés general de la provincia y en su mayoría sacados de la Publicación "Acontecer Provincial"
Santa Rosas de Osos Antiioquia

UN INICIO EN SECRETO Y UN SÍNODO DE SACRISTIA

En un libro titulado: Apuntes para la historia del seminario de misiones, escrito en 1978 por el P. Manuel Antonio López mxy, primer seminarista que llegó a la fonda: El Contento (propiedad de Juvenal Arboleda y sus hermanos), encontré el origen escondido y silencioso del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal- porque las cosas de Dios se van tejiendo en lo secreto de formas humildes, impulsadas por la chispa del fuego interior que hace grande lo pequeño. 

 Quisiera citar al P. Manuel López quien plasma el pensamiento del fundador para comenzar su proyecto misionero que, desde hacía ya, tres años (1924) en el congreso misional, el P. Maturín Jehano, provincial de los Eudistas, le pasó “poniéndole cariñosamente la mano sobre el hombro a Monseñor Miguel Ángel Builes, le dijo: toca hacer esa fundación (hablando del primer seminario de misiones en América Latina); está usted muy joven y puede acometer aquella obra. Antioquia es la tierra de las vocaciones y usted es muy misionero.”

Bueno, el preámbulo anterior es para llegar a un lugar menos pomposo que la conferencia Episcopal colombiana de 1924. Quisiera que nos ubicáramos en el “pequeño congreso” desarrollado en secreto en la sacristía del seminario de Santa Rosa de Osos.

Lo convoca: Mons. Miguel Ángel Builes.

Asistentes:

  • P. Abigail Restrepo

  • P. Alfonso Restrepo

  • P. Pedro Luís Osorio

Tema: la fundación del primer seminario de misiones en América Latina.

La manera de abordar este sínodo secreto y su breve duración me llama mucho la atención, pues, con 4 preguntas se llegó a la concreción de lo gestado en el celo ardiente del fundador y sus colaboradores. 

  • ¿Creen ustedes que es factible la empresa?

A manera de respuesta, el P. Abigail cita la encíclica de Benedicto XV Maximum Ilud- urge la necesidad de cubrir los vacíos que abre la extremada necesidad de misioneros- y añade su aporte: “esta exhortación de su santidad es como una orden para que los señores obispos hagan cuanto esté en sus manos por las misiones católicas.”

  • Y ¿de qué medios, pregunto, nos podemos valer para llevar a cabo esta obra?

Nuevamente el P. Abigail, citando a Pio XI en su encíclica Rerum ecclesiae, responde: que se emprendan las obras misionales que Dios cuidará de sostenerlas. 

  • Y, los auxiliares ¿quiénes serán?

Los tres contestaron: si su excelencia cree que podemos servirle, seremos nosotros. 

  • Pero ¿dónde debemos comenzar?

Respondió el P. Abigail: Dios proveerá.

En medio de situaciones difíciles por las que ha pasado el IMEY es reconfortante saber que de preguntas esenciales y respuestas llenas del brillo esperanzador se han tejido estos 94 años, vale seguirnos preguntando: 

    1. ¿Creemos que es posible continuar esta empresa evangelizadora?
    2. ¿Cómo está nuestra confianza en la providencia de Dios?
    3. ¿Estoy dispuesto a seguir colaborando para que este proyecto misionero se siga extendiendo?
    4. ¿Llevo la experiencia del “contento” a toda misión donde llego?

P. Gino mxy

Fotografía Libre de uso bajo Licencia Creative Commons

 

***

¿Tienes una historia ó un escrito de valor para nuestro próximo artículo?