Cada día Dios nos da motivos por los cuales agradecerle cada uno de sus detalles de amor para con nosotros, hoy es un motivo de alegría para glorificar al Señor por habernos amado, llamado, escogido y consagrarnos para Él sellando nuestra alianza...

“El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres” Sal 125

Cada día Dios nos da motivos por los cuales agradecerle cada uno de sus detalles de amor para con nosotros, hoy es un motivo de alegría para glorificar al Señor por habernos amado, llamado, escogido y consagrarnos para Él sellando nuestra alianza. También agradecemos a nuestras familias por su generosidad, oración y sacrificio con la Iglesia y nuestra Congregación al aceptar el llamado de Dios en cada una de sus hijas, abrirnos las puertas y permitirnos fortalecer nuestra vocación misionera en este Instituto. 

Agradecemos a nuestras animadoras vocacionales hnas. Gloria Díaz, Rosalba Encalada, Beatriz Vidal, Olga Fernández, Paola Galarza, Claudia Patricia Llano y a la Hna. Aurora Lujan, a cada una de nuestras Superioras Generales, en especial a la Madre Rosalba y su Consejo y a nuestras Provinciales, Hna. Luz Marina A. y su Consejo, la Hna. Luz Elena y su Consejo, que nos han acompañado en este proceso y permitieron que la obra de Dios se fuera gestando en cada una de nosotras. También extendemos nuestros agradecimientos a nuestras formadoras Myriam Beiner, Beatriz Aguilar, Yaneth Serna, Alicia Suarez, María de Jesús Tamayo, Ofelia Zapata, Eunice Lopera, Doralba Gómez y aquellas que en la etapa de juniorado, igualmente nos brindaron su apoyo y acompañamiento hermanas, Beatriz Chavarría, Beatriz Montoya, Betty Sofía Bermúdez y Mirta Velásquez que con generosidad, paciencia, comprensión y dedicación nos acompañaron en la realización de este proyecto de Dios en nuestras vidas, por eso el día de hoy se las presentamos al Señor por todo el bien que realizaron en nosotras.

Sin olvidar a cada una de las hermanas que hacen parte de esta nuestra Casa Madre, que con gran cariño y oración nos acogieron para disponernos a nuestra preparación.  Hermanas ¡Dios les pague! 

¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo él no quita nada, antes lo da todo!

La vida Consagrada es un hermosos camino que entre rosas y espinas el Señor nos da la gracia de experimentar su amor y desde allí responderle con alegría a su llamada, nos corresponde escuchar y no tener miedo cuando lleguen las dificultades ya que ellas son parte de nuestra vida, nunca estamos solas, él estará pronto a darnos la valentía del corazón y decirle “Sí” con la Santísima Virgen María, quién aun sin comprender lo que sucedía acogió el plan de Dios llevándolo a cabo hasta el final.

Siendo conscientes de esta nueva etapa en nuestra vida como consagradas, nos acogemos y confiamos en sus oraciones para que permanezcamos fieles y llevando con amor y a feliz término la misión encomendada.

Hna. Vivian Soraida Lemus Nagles M.T

Fotografía Libre de uso bajo Licencia Creative Commons

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