Blog de Espiritualidad Teresiano
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LAS HORAS DE LA FAMILIA MAB 2021

Muchos filósofos, teólogos y científicos han dedicado gran parte de su vida a estudiar el tiempo. Es suficiente navegar un poco en Internet y podremos satisfacer curiosidades sobre el tema. La Sagrada Escritura dice que “todo tiene su tiempo” (Qo 3.1-4; 11)... Podemos dividirlo en dos partes, de manera básica: el tiempo de Dios (kairos) y el tiempo humano (kronos, de donde deriva la palabra “cronológico”, la sucesión del tiempo).

El Venerable Builes -afirmación personal-, vivió heroicamente los dos tiempos: el de Dios y el humano. De la estricta organización de su tiempo, interrumpido sólo por una obra de caridad, o imprevisto, a favor de alguna persona, dice el Testigo XVII: “tenía su tiempo organizado: oración, estudio, administración . El testigo VIII advierte: Su estilo de vida era sistemático, muy metódico en todo lo suyo. Le rendía el tiempo lo que se quiera, y tenía varias cosas muy sagradas; por ejemplo, responder a todas las comunicaciones que recibía . Era muy organizado y puntual para todo añade el testigo XIII.

¿Cómo le rendía tanto el tiempo cuando no contaba con la electricidad en muchos lugares ni con los recursos tecnológicos que nos ofrecen la información en segundos, nos permiten corregir documentos, por ejemplo, sin tener que comenzar desde la primera línea, etc.? No obstante la Postulación recogió tanto manuscrito, basta pensar en Mi Diario, (46 libretas… las Actas de Visita Pastoral, la correspondencia con los Misioneros de Yarumal, las Misioneras Teresitas, las Contemplativas y las Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias, a doña María Urdaneta; cartas a muchas instituciones, personas, familiares ).

Pensamos algunas veces como dicen tantos : “el tiempo no rinde pero me rinde”; “si tuviera tiempo”, quisiera que el día tuviera no 24 horas sino 48 mínimo , etc.

Ofrecemos en el último Boletín MAB 2021 algunas reflexiones sobre este tema, objeto especial de la reflexión del Venerable Miguel Ángel Builes en la Hora Santa del 31 de diciembre, escritas a puño y letra en diferentes páginas de Mi Diario . Antes de la media noche del 31.12.1957 leemos: 

Les hablé de las horas del año que expiraba y de la vida toda que se hundía entre las nieblas del pasado y del año que estaba para nacer, horas de trabajo, horas de dolor, horas de alegría, horas de oración, horas de combate y de triunfos y derrotas que serán coronadas al fin con la hora inevitable de la muerte

Deja contemplar en Mi Diario la descripción de las “horas”, y en ella podemos descubrir el tiempo de Dios, manifestado en las largas y profundas horas de meditación, adoración Eucarística, Rosarios; y el tiempo humano, al que dedicaba día a día un tiempo para conocer la realidad del mundo, de Colombia, de Antioquia; en efecto escribe el 16 de mayo de 1962:

Despacho intenso y abrumador. La prensa se queda con sus noticias bien metidas en sus hojas dobladas porque no hay tiempo sino para los despachos. Lo malo, lo grave, es que un obispo que no sabe lo que pasa en su Patria y en el mundo, francamente no sirve porque las gentes lo encuentran fallo. Pero qué hago: más vale atender a las almas que a la prensa y a la radio.

Veamos la Hora Santa del 31 de diciembre de 1958 :

Después de un himno eucarístico y faltando media hora para expirar el año, les prediqué sobre las horas que nos esperan a todos para el nuevo año 1959. Esas horas son:

a) Las Horas del trabajo . Procedamos como Jesús dijo: “Pauper sum ego... “Yo soy pobre y por eso permanezco en el trabajo desde mi juventud ”...

Podemos mirar como Familia MAB el tiempo que dedicamos al trabajo intelectual, al material; cómo respondemos a los compromisos laborales confiado a cada Instituto en particular. ¿Quizás nos den ejemplo los laicos?

b) Las Horas del dolor. Casi todos los instantes de nuestra vida estarán saturados del dolor y las lágrimas. Este valle es llamado “Valle de lágrimas ”. Tenemos que llorar desde la cuna hasta el sepulcro, y a menudo con lágrimas de sangre y de absintio. Fue que Él nos dijo cuando nos invitó a servirle: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a mismo, tome su cruz y sígame ”. Y cuanto nos cuesta negarnos a nosotros mismos, cuanto nos cuesta tomar la cruz y seguir al Maestro con semejante peso que hieren nuestros hombros y abre llagas hondas en la espalda sin que se acabe el tormento sino en la cima del Calvario al expirar crucificados con Él.

Esta reflexión sobre las “Horas” hacen parte también de la meditación del 31 de diciembre de 1960 y diciembre

Cada uno de nuestros Institutos hemos participado este año de los dolores de una Iglesia que constata fragilidad en los compromisos definitivos. En los dolores de una humanidad agobiada por la pandemia. Hemos despedido a miembros queridos de nuestras familias misioneras, identificados como fallecidos COVID? El dolor por la violencia, los accidentes, desastres naturales etc., que afecta a tantos países y ha disminuido también paz, tranquilidad y misioneros que estaban en los campos de vanguardia? Son lágrimas de fraternidad, de impotencia al no poder hacer nada por ellos.

c) Las Horas de alegría. Ay qué escasas son éstas, aunque el Amado Señor nos invita a alegrarnos, como lo leemos en la Cuaresma y en Adviento. “¡Lætare... Alegraos!.. ¡Pero ay! son tan escasas las horas de la alegría; son tan sin interrupción las horas del dolor! Pero aprovechémonos de los instantes fugaces que el Señor satura de santo placer, el placer santo de servirle a Él. Que si en el fondo de la copa del placer hay siempre un espantoso sedimento del dolor, en la copa del dolor pone el Cielo un sedimento de alegría divina. El sedimento en el placer, como veneno de áspides, el sedimento en el dolor como perfume de azucenas. Este sentimiento anida en mi corazón lleno de esperanza.

Muchas horas de alegría hemos tenido los hijos e hijas del Venerable Fundador en cada aniversario de fundación, fiesta patronal. La alegría que nos produjo la celebración de los 50 años de la entrada a la Casa del Padre de nuestro Padre Fundador. La alegría de los Misioneros Javerianos en su reciente “Asamblea Consultiva ”, las Asambleas evaluativas de los Misioneras Teresitas, la alegría y éxito de las Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias, que acaban de celebrar su X Capítulo General y elegido su nuevo Equipo de Gobierno y con ellas se alegra la familia MAB:

Madre Yolanda Esther Salas Pacheco, superiora general Hna. Socorro Arboleda Restrepo, vicaria general Hna. Narciza Magdalena Jaigua Sanipatín, 2ª. conciliaria Hna. Adriana Isabel Palencia Diaz, 2ª. conciliaria Hna. María del Carmen Zapata Tobón, 4ª. conciliaria

- Madre Yolanda Esther Salas Pacheco, superiora general
- Hna. Socorro Arboleda Restrepo, vicaria general
- Hna. Narciza Magdalena Jaigua Sanipatín, 2ª. conciliaria
- Hna. Adriana Isabel Palencia Diaz, 2ª. conciliaria
- Hna. María del Carmen Zapata Tobón, 4ª. conciliaria

d) Las Horas de la oración. Estas deben llenar la mayor parte de nuestro tiempo y de nuestra vida, no porque hayamos de vivir todos los momentos en la acción misma de orar, sino porque el espíritu de oración debe saturar de tal manera nuestra vida, que cada uno de sus momentos se trueque en oración, sea que comamos, sea que bebamos, sea que hagamos cualquier cosa, todo se trueque en oración, aun los actos más indiferentes sin mermar empero nuestra meditación propiamente dicha y nuestros ejercicios de piedad. Sea de tal manera pura nuestra intención de agradar a Dios, que todo cuanto hagamos sea holocausto en obsequio del Señor, sea plegaria, sea oración. 

Por gracia de Dios nuestros Institutos tienen la certeza de que la oración es el alma de la vida espiritual, la vida fraterna y la vida apostólica. Es el alma de nuestra fidelidad dinámica, es la fortaleza cuando un misionero o una misionera enferma, cuando una de nuestras presencias misioneras se encuentra en dificultad. Nos sabemos hijos de este Venerable que ¡pudo hacer mucho porque oraba tanto!

El Venerable Fundador nos dejó en Mi Testamento, en las cartas a cada Instituto los remedios contra estas tentaciones que nos acechan, y mucho más fuerte, quizás por nuestra condición de consagrados y consagradas. Igual el Papa Francisco no deja de ponernos de manifiesto esta realidad inerente a la naturaleza humana. Las hemos tenido personal y comunitariamente?

f) Por fin, la Hora de la muerte. Y llegará sin remedio como le está llegando a este año 1958 que ya expira. Unos momentos no más y ya será como un cadáver frío y yerto en los abismos del no ser. También nosotros moriremos como muere el año, como mueren todos los seres que viven. Preparémonos para esa terrible por medio de una vida santa y ejemplar, cumpliendo nuestros deberes con fidelidad hasta el fin, procurando que el Amado nos encuentre sobre el surco, laborando sobre él, de modo que se cumplan en nosotros las palabras el Espíritu Santo: “Bienaventurado el hombre a quien encontrare el Señor obrando así”.

Las estadísticas hablan, nos ha llegado ésta última hora: a los Misioneros de Yarumal 2 en este último año; las Misioneras Teresitas 19 entraron a la Casa del Padre Dios; de las Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias 12 durante éste último sexenio. Es la voz de Dios que nos sigue llamando a estar preparados porque no sabemos ni el día ni la hora.

Oración. Señor, que ninguno de mis hijos, ninguna de mis hijas, ninguno de mis sacerdotes, ninguna de mis almas escogidas te ofenda en este año de 1946 que va a empezar. Si tu siervo o alguna de esas almas queridas hubiere de ofenderte con pecado mortal, llévatela Señor, antes que se manchen, antes de que pequen contra ti, oh Dios de amor y de bondad (Mi Diario 31.12.1945). 
  • Hna. Nora Gómez Vargas mt Postuladora, Roma, diciembre 22 de 2021


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