(Continuación del artículo anterior)
El comunicar y el enseñar, es un eje central del pensamiento Catequético de Monseñor Builes: es Dios quién se comunica por pura gratuidad a los hombres y mujeres de cada época, quien espera, además, una respuesta por parte de estos. Es desde esta urgencia de la comunicación- enseñanza que la catequesis toma también un lugar central en la reflexión de Monseñor Builes. Si el ser humano de cada época está llamado a encontrarse con Dios, es necesario preocuparse en propiciar esta interacción.
TRES NÚCLEOS BÁSICOS ENCONTRAMOS EN ESTE PENSAR CATEQUÉTICO
- La catequesis en el contexto social.
- La catequesis como experiencia.
- La catequesis como acto de comunicación
La catequesis en el contexto social. Al hacer un recorrido por los escritos de Monseñor Builes y su insistencia evangelizadora en las parroquias, lo constatamos en las actas que dejaba en cada una de sus visitas a las Parroquias, en distintos momentos expresa la función que tiene la catequesis en la vida de la Iglesia y de la sociedad. La situación social del momento que vivió, le preocupa a Monseñor Builes:
Hna. Faviola Esquivel Villafañe Hija de la Misericordia
“Admirados hemos quedado al palpar el prodigioso cambio que el amor a la divina Eucaristía va realizando en esta amada parroquia; porque el pueblo va entrando por las vías del verdadero progreso y la verdadera grandeza que lejos de rechazar a Dios de la sociedad, lo reconoce como Rey en el orden social, y le dan la primacía que le corresponde por este título de soberanía. Los pueblos más grandes de la tierra han reconocido enfáticamente la necesidad de la Religión y el reconocimiento de la soberanía social de Jesucristo como medio único y verdadero para que haya paz, orden y grandeza en todos los órdenes, agregando que sin esa condición, van bajando seguramente los pueblos a su ruina. Amalfi dirige su barca al puerto de la bonanza; Amalfi desecha y arroja de su seno los elementos nocivos; Amalfi quiere vivir en paz amando al Dios de paz y cumpliendo con gusto su ley. Magnífica disposición de ánimo en el pueblo; pero son muchos los males que existen todavía y que es preciso remediar”. Veamos algunos de éstos males…“tanta frialdad, indiferencia. Padres de familia descuidan la vigilancia y el buen ejemplo que tienen que observar para con sus hijos e hijas, por lo cual, llega a los hogares el pecado y el deshonor, desgracia que se evitaría con un poco más de vigilancia. La deshonestidad se ha establecido un trono en muchas almas y en muchos hogares que no son según la voluntad de Dios, no se respeta la dignidad del hogar cristiano ni la fidelidad conyugal”. 1.
La catequesis debe ser un espacio que ayude a vivir la fe como respuesta a la palabra, donde:
“todos los fieles sean apóstoles de la verdadera y santa religión que profesamos para dicha nuestra”. “En muchas ruinas espirituales tienen su buena parte la falta de doctrina cristiana en bastantes niños y niñas que crecen sin conocer a Dios o con un conocimiento tan vago que se puede llamar no conocimiento”. “La doctrina cristiana es pan del alma y no es menos grande la obligación de dar el pan material a los hijos que la de darles el pan espiritual de la instrucción religiosa es una obligación de orden natural”2.
“Empero, la ignorancia religiosa en los campos es mucha, por lo cual el Venerable Párroco ha de valerse de todos los medios a su alcance y de todas las personas que quieran ayudarle en la obra de los catecismos que es la principal en la parroquia. Ojalá que en cada vereda hubiera algunas damas que pudiera ejercer esta sublime caridad con las gentes de su contorno. ¡Qué obra de caridad tan grande es enseñar al que no sabe!”3.
“No olviden los padres de familia el deber siempre sagrado de enseñar a sus hijos la doctrina cristiana, que es la ciencia de Dios, que es nuestro principio y nuestro fin. No sólo los niños están obligados a saber el catecismo sino también los grandes, porque también para los grandes es el dogma y la moral, también para ellos es el cielo”.4
“Hay mucha ignorancia religiosa, la que no mermará mientras no se preocupen los fieles de la asistencia continua a las exposiciones, a la enseñanza de la doctrina cristiana y se difunda el precioso libro del catecismo en el poblado y en las veredas”. 5
“Urge preocuparse de la sanación social de los hombres y mujeres amorales, que vienen de otros lugares a propagar los escándalos sin respeto alguno a los asociados”.6
Ahora, Si bien la secularización comienza a cambiar el tejido social, el cual se va dejando ser cristiano, esto a Monseñor Builes le crea un malestar, no concuerda con esa modificación que se va dando entre la relación existente: lo cultural y lo religioso. Por eso ve le necesidad urgente de enseñar el catecismo, la doctrina.
Urge a los párrocos a no dormirse en este trabajo, porque él siente, como el discurso eclesial no hace dar sentido a los cristianos pues no toca sus vidas:
“El catecismo contribuirá de manera especial a destruir la ignorancia y cumple por ello una misión social. La ignorancia es el azote de la religión y contrarresta la propaganda del error, revestidos del hombre nuevo, que es el fin de la catequesis”7.
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