Mi nombre es Maytza Zareth Vera Ruano tengo 27 años, de nacionalidad Mexicana. Soy del Estado de Hidalgo, del municipio de Tlanchinol. Al participar en un retiro de Sanación interior en la ciudad de México, experimenté el amor y la misericordia de Dios en mi vida, fue un cambio muy radical a tal grado de querer servir a Dios por completo, agradarlo y hacer su voluntad.
Durante ese proceso de conversión inicié un noviazgo, pero con el pasar de los años, me di cuenta que Dios me estaba llamando a la vida religiosa. Yo me negaba a ese llamado porque soñaba con casarme y formar una familia, pero Dios no quería eso para mí, porque con el pasar de los años Él se hacía presente en mi vida a través de sueños en los que me veía como religiosa, por medio de personas que me preguntaban que si yo era religiosa y a través de su palabra que me decía que él me había elegido desde el vientre de mi madre y nada de eso me hacía cambiar de opinión respecto a lo que quería en mi vida.
Hasta que un día comencé la búsqueda del vestido de novia por que faltaban muy pocos meses para la boda, pero no sé qué fue lo paso que cuando yo reaccioné me encontraba buscando comunidades religiosas y justo ese mismo día a través de una hora Santa el Señor me estaba confirmando una vez más lo que Él quería para mí y ahí fue que decidí aceptar la voluntad de Dios terminando con mi compromiso.
Al pedir ayuda a un Sacerdote que en ese tiempo era mi director Espiritual, me ayudó con mi inquietud y me dijo que mirara comunidades religiosas y ahí conocí a una comunidad religiosa en la que estuve en acompañamiento por casi un año y después de haber ido a vivir la experiencia sentí que no era ahí donde Dios me llamaba.
Todos los días le pedía a Dios que, si me quería para la vida Religiosa, me mostrara en que comunidad podía servirle y a través de las redes sociales, conocí a la comunidad de Hermanas Misioneras de Santa Teresita con la que inicié mi proceso de Acompañamiento de manera virtual. No fue nada fácil para mí aceptar la voluntad de Dios en mi vida, tampoco sabía de qué manera se los diría a mis papás pues ellos soñaban muchas cosas para mí.
Dejar a un lado mis sueños y proyectos para permitir a Dios actuar en mi vida fue una de las cosas más difíciles para mí, como el dejar a mi familia, pero me he sentido muy fortalecida por el Señor y le he dado una respuesta generosa al llamado que me estaba haciendo.
Después de haber vivido la experiencia de 15 días en la comunidad de Cupilco, Tabasco, México, Ingresé a la comunidad del prenoviciado Miguel Ángel Builes, el 2 de febrero de este año y puedo decir que ha sido la mejor decisión que pude haber tomado en mi vida. Me siento llamada y enviada a evangelizar y le doy gracias a Dios por el don maravilloso de mi vocación, por todas las gracias y bendiciones recibidas en mi formación y por las personas con quienes comparto mi vida, en la nueva familia que Él me ha regalado.
"A través de una hora Santa el Señor me estaba confirmando una vez más lo que Él quería para mí y ahí fue que decidí aceptar la voluntad de Dios..."
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