Blog de Espiritualidad Teresiano
Artículos de interés general de la provincia y en su mayoría sacados de la Publicación "Acontecer Provincial"
Miguel Angel Builes

El 3 de julio cumplió el Instituto de Misiones de Yarumal (IMEY) 95 años de Fundación en la posada de Contento en Yarumal. En la hora radial de preparación a las Bodas de Oro de este acontecimiento misionero, el Venerable Fundador narró el origen, la raíz misionera de donde nace este frondoso árbol, cuyos frutos, comenzando por América, llegan al África, Asia y Europa. Escuchémoslo...

El 16 de octubre de 2003 su santidad Juan Pablo II en el acto de promulgación de la exhortación apostólica postsinodal "Pastores Gregis", dijo:

Él está llamado a ser padre, maestro, amigo y hermano de cada hombre, siguiendo el ejemplo de Cristo. Recorriendo fielmente este camino, podrá llegar a la santidad, una santidad que deberá crecer no junto al ministerio, sino a través del ministerio mismo.

El obispo es un padre que vive para sus hijos y que forma una sola cosa con su Iglesia, con sus sacerdotes, entregándose para formar las conciencias  y  para    hacer    crecer    en    la fe. Encontramos en algunos escritos y testimonios del Venerable Miguel Ángel Builes algunas de estas características. Al viajar a Roma en 1954, se despide con afecto paternal de los Sacerdotes y todos los diocesanos:

Antes de emprender nuestro viaje a Roma con el ánimo de asistir a la canonización de Pío X queremos hacer llegar a todos vosotros nuestra palabra de Padre y Pastor para despedirnos de nuestro amado Clero y de nuestros fieles, para encomendarnos a vuestras oraciones y a las del pueblo fiel, y para rogaros, carísimos cooperadores nuestros, que como homenaje a la Inmaculada Concepción en este Año Santo Mariano y al insigne Pontífice de la Eucaristía que recibirá pronto los honores de los santos, ofrezcáis a Dios el gratísimo testimonio de una inmaculada pureza de vida, en conformidad con nuestra dignidad sacerdotal. […] Vuestro Padre y Pastor, anheloso de vuestra perfección y hondamente preocupado por los peligros que os asechan, ruega una continua vigilancia, una ferviente oración, la fuga del mal, el desapego de los afectos terrenales y una altísima elevación de miras y propósitos para conservar y perfeccionar la santa virtud y aseguraros así la paz en este mundo y una fulgente corona de gloria en el cielo”.

La expresión “ecumenismo” es del posconcilio Vaticano II. En su momento escribió el Venerable Obispo Miguel Ángel:

El cargo pastoral nos obliga a vigilar el rebaño que se nos ha encomendado, evitando a los fieles todo peligro de perversión en la fe y en las costumbres. Y uno de esos peligros es precisamente la activa propaganda protestante que se hace hoy, especialmente por escrito y por radio; como si la libertad de profesar ellos su culto consistiera en atacar la religión de los colombianos, se dan a la tarea de calumniar a los ministros de 1a Iglesia y de burlarse de nuestra fe sin ningún control.

De igual manera monseñor Álvaro Raúl Jarro Tobos, califica el ministerio pastoral del Obispo de Santa Rosa se expresa así en la carta postulatoria:

Todos conocemos los méritos, obras y espiritualidad de tan Ilustre Prelado; las comunidades religiosas que él dejó, su obra pastoral, su lucha sacrificada por la defensa de la verdad, su excelente testimonio de modelo de Pastor y tantas otras cosas.

Fray Mario Herrera es uno de los asiduos lectores de los escritos pastorales del Venerable y el 25 de marzo de 1952, le escribe desde Tunja:

Acabo de leer su sapientísima, valiente y patriótica pastoral hija del apostólico amor a sus fieles y del celo de un corazón semejante al de un San Pablo y de un San Atanasio. Todo verdadero católico que la lee bendice a Dios porque aún hay un pastor que vive las realidades presentes y que señala al lobo que las ovejas devoran inclemente.

El excelentísimo señor Libardo Ramírez Gómez, trazó un perfil del Venerable como “Pastor”:

Lo conocimos por su ardor cristiano puesto en la defensa de la doctrina y de las costumbres quo ha presentado nuestra Iglesia para bien de la humanidad en todas las naciones. San Atanasio fue un intrépido defensor de la fe, y por ello, con aprecio y gratitud lo señalábamos en esa época como el “Atanasio colombiano”. Su desbordante celo apostólico y su amor inmenso por la causa misionara. “Que Cristo sea conocido de todos” parecía ser su lema y de allí su labor misionera personal, sus vibrantes escritos a favor de la causa, la fundación de comunidades marcadas con ese sello misionero. Fue ciertamente un santo empeño el de Monseñor Builes por todo cuanto significara llevar a Cristo a todas las naciones. Palpé su sencillez, su amor a la Iglesia, su amor a Colombia, su entrega plena y hermosa al Señor bajo la luz de una fe que guiaba todos sus actos2.

Germontoya, escribe de Medellín el 27 de marzo de 1952: Recibí oportunamente sus pastorales. Cómo consuela el espíritu oír una voz que clama en estas horas trágicas de nuestra patria. Siempre oportuno siempre vigilante sin miedo defendiendo la heredad en el combate por fe, seguiré su lema.

Afirma monseñor Hernando Rojas Ramírez: Preclaro Pastor de la Iglesia Colombiana, campeón de la fe y de la verdad, que tan honda huella marcó en la Historia de nuestra Iglesia.

Al cumplir los 98 años de la ordenación episcopal del Obispo Misionero de Colombia, podemos afirmar con Monseñor Oscar Ángel Bernal La perspectiva de los años engrandecerá su Figura de hombre de Dios y de pastor

En efecto, siempre he tenido a Mons. Builes no solo como un egregio Pastor sino como un auténtico hombre de Dios, dócil a su Espíritu5.

El obispo debe ser efectivamente un hombre «eclesial» y de comunión, involucrando a sacerdotes, religiosos y laicos en el conjunto de la familia diocesana. Él es, de hecho, el centro de unidad de la Iglesia particular que se abre a la universal.

En 1927, año de la fundación del Seminario de Misiones, el Señor Nuncio apostólico de Colombia, se entrevistó con el Papa Pío XI, así lo refirió Monseñor Builes en sus “Crónicas misionales y viaje a Roma:

-Dos veces hablé su asunto con nuestro Santísimo Padre, me dijo el Señor Nuncio. La última vez me preguntó Pío XI: -Y qué clase de misioneros quiere el Señor Obispo?

-Para salvajes y también para aquellos que sin ser salvajes viven como tales a lo largo de los grandes ríos y entre los bosques milenarios; para misionar los campos abandonados y para ayudar a los pobres Obispos que debiendo administrar inmensas regiones no tienen clero suficiente.

-Pues bien, replicó Su Santidad: allá están en tierras de misiones extranjeras. Que esos misioneros atiendan primero a las necesidades de su Patria, y después, cuando haya personal, vayan a misionar a otros lugares y otras naciones, “ya que la caridad bien entendida comienza por sí mismo”.

Allá están en tierras de misiones extranjeras. Que esos misioneros atiendan primero a las necesidades de su Patria, y después, cuando haya personal, vayan a misionar a otros lugares y otras naciones, “ya que la caridad bien entendida comienza por sí mismo”. 

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