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Jesucristo resucitado

Bajo tu amparo nos acogemos, san- ta Madre de Dios”, así el papa Francisco ha rezado a la Virgen María para que libre a Italia y el mundo de la pandemia del coronavirus. Lo hizo a través de un video-mensaje trasmitido el miércoles 11 de marzo de 2020....

ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO A MARÍA

Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios”, así el papa Francisco ha rezado a la Virgen María para que libre a Italia y el mundo de la pandemia del coronavirus. Lo hizo a través de un video-mensaje trasmitido el miércoles 11 de marzo de 2020.

En los momentos más difíciles, en los momentos más dramáticos, los hijos vuelven a la madre. “No deseches las oraciones que te dirigimos, en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!”, rezó Francisco delante a la imagen de la Virgen del Divino Amor con el niño en brazos.

“Oh María, Tu resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.

Confiamos en ti, Salud de los enfermos, que junto a la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, salvación del pueblo romano, sabes lo que necesita- mos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que nos diga Jesús que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y se ha cargado con nuestros dolores para llevarnos, a través de la cruz a la alegría de la resurrección”. Amén.

Renovemos el amor a la Virgen María, motivadas por el amor que nuestro padre Fundador le profesó en todos los momentos de la vida. El descubrió la importancia de la Santísima Virgen María a través de una profunda contemplación oracional, fundamentada en la misma palabra de Dios, de donde retomó las figuras y símbo- los con los que es prefigurada desde el Antiguo Testamento.

Presentemos, por manos de María, a la Iglesia y a toda la hu- manidad, traigámoslas desde los extremos del mundo y pongámoslas en el regazo maternal de la Reina. Y a nosotras, nos conceda el gozo de ser misioneras del amor y demostrar, có- mo en los brazos de la iglesia, a quien María representa, hay lugar, hay Evangelio para alegrar el corazón de todos.

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