Soy la Prenovicia Karen Tatiana Jiménez Ordóñez de Segundo Año. Nací en Necoclí - Antioquia y viví en el corregimiento el Totumo toda mi niñez y adolescencia. Quiero compartirles acerca de mi experiencia misionera antes y después de ingresar a nuestra casa formativa del Prenoviciado Miguel Ángel Builes, en Bogotá.
Con mucho cariño y gratitud al Señor, quiero compartir mi experiencia vocacional y misionera como Juniora. Mi nombre: Hna. Jenny Angelita Chuira Nungaimia, soy indígena Shuar, nací en Sevilla Don Bosco, ubicada en la Provincia de Morona Santiago, Ciudad de Macas-Ecuador.
De mi corazón salen palabras de agradecimiento al señor, por todas las bendiciones, detalles de ternura que él en su inmensa misericordia ha querido prodigarme… si, Dios ha llenado mi vida con su gracia, mi debilidad la ha hecho una fortaleza para florecer donde él ha querido plantarme; por eso con alegría canto con el salmista: “al ir iban llorando, llevando la semilla, al volver vuelven cantando, trayendo sus gavillas”...
Estoy en el primer año de juniorado, actualmente estoy en la parroquia de mi pueblo, en la comunidad local de San Juan Comalapa – Guatemala. Me siento muy feliz, de llevar a cabo la misión que el Señor me ha encomendado, en mi tierra natal, donde acompaño a mis hermanos especialmente en la “Pastoral Infantil, que me ha confiado el Señor por medio de la comunidad.
Fue una experiencia muy hermosa, al ver la alegría de la gente sencilla cuando llegábamos a sus casas, todos se disponían para este momento del compartir en familia la visita del Señor a través de los misioneros. Como los espacios de visita son un tanto distantes, alcanzamos a visitar 8 enfermos, además el tiempo estaba bastante lluvioso...
Doy gracias a Dios que me permitió realizar esta misión de semana santa en este bello municipio de Icononzo, para mí ni conozco pues no le conocía. Fue una experiencia maravillosa luego de una dura prueba de aislamiento y virtualidad espiritual durante la pandemia del Covid 19.
Fue una experiencia inolvidable ya que viví al máximo la cercanía de las familias que conforman las veredas de la Arenosa, caño Claro, caño Tigre Bajo donde me hospedaron y queda a 30 minutos en moto de la vereda central, caño tigre alto, donde iniciamos el Viacrucis y lo concluimos en la Arenosa.
CASA PROVINCIAL BOGOTÁ Los laicos tienen un lugar muy importante en la misión apostólica de la Iglesia, como bautizados son misioneros por naturaleza. Ellos tienen un gran campo de misión vida, siendo su ambiente el lugar propio de su acción evangélica; allí están llamados a santificarse a sí mismos y contribuir a la santificación de los demás.
“la alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la misión llenos de gozo (cf. Lc. 10,17). La vive Jesús, que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos (cf. Lc. 10,21). La sienten llenos de admiración los primeros que se convierten al escuchar predicar a los Apóstoles “cada uno en su propia lengua” (cf. Hc. 2,6) en Pentecostés...
En la familia y por medio de ella, Teresita ha recibido la primera revelación del amor de Dios y ha sentido su primera llamada. Son dos cosas que van a la par: porque para el amor, revelarse es darse a sí mismo y darse es llamar así.
¿Será que Dios está pasando por nuestra vida con un llamado especifico?, ¿Damos gracias cada día al Señor por ese llamado y misión que hemos descubierto a lo largo de nuestra vida?